Texto e imágenes: Homero Posada.
La caña hueca de una planta, estaba dispuesta a la mano del hombre para ser transformada en instrumento de escritura, no es solo una cuestión técnica o instrumental: “la escritura es -sobre todo- un campo de producción ideológica, de construcción del pensamiento y de reproducción social, ya que es una parte de la actividad simbólica de las comunidades humanas (Rodríguez 143)”. La transformación de caña a letra implica la transición de materia a pensamiento. Con la escritura se perpetúan los hechos humanos, así nació la historia.
Esta reflexión revela la importancia que ha significado la escritura en Homero Posada, quien desde los 13 años encontró en la letra caligráfica una manera de expresar y plasmar ideas. En principio, fue el recurso para ilustrar tareas durante sus estudios de secundaria en aquel internado para hijos de campesinos en Xalisco, Nayarit; posteriormente, se convirtió en “rotulista oficial” de avisos escolares. Fue también la letra caligráfica abrigo nostálgico y quietud del alma ante la lejanía familiar. Por ello, la caligrafía se internaliza, “es el vínculo entre la letra y el ser” dice Ghani Alani, equilibra los sentidos y establece un diálogo interno de armonía y paz. A esa edad no lo sabía, lo sentía. Por otra parte, esa habilidad –autodidacta-, significó posición social en aquel entorno educativo.
Desde 1981 y hasta la fecha, Homero Posada inició un proceso de producción caligráfica destinada principalmente a la realización de títulos profesionales, reconocimientos y testimoniales en pergamino asesorado por el Prof. Nicolás Hernández; un trabajo continuo, de nobleza inagotable y probada validez social. El uso del pergamino, la vitela y el trabajo caligráfico y de iluminación facilitaron la experimentación y diversificación hacia nuevas alternativas. La letra hecha a mano “bellamente escrita”, la retomó hacia una nueva estética vinculada con expresiones como el tattoo, el lettering y la gráfica en general. En este sentido, esa evolución la concibe Rodríguez como “la transmutación de la escritura en el tiempo y el espacio para fundar el pensamiento en una nueva dimensión (146).”
“La caligrafía es el vínculo entre la letra y el ser”
Ghani Alani
El hacer caligráfico conserva los principios de la esencia humana, que nunca se desprenden del ser. Durante los estudios de maestría en diseño gráfico, Posada aprendió del maestro francés Claude Dieterich —alumno de Hermann Zapf —, implantó en él conocimientos y principios que revelan la dualidad hombre–naturaleza; es decir, la escritura como resultado de esa fusión. Aquella caña denominada cálamo, se hizo pluma, letra bella y expresiva; la pluma de ave, se convirtió en floritura de líneas en letra inglesa manuscrita. El maestro Diéterich fusionaba a un tiempo respiración, mano, instrumento, tinta y papel en mágica sincronía, en que las letras surcaban el papel para celebrar su creación y permanencia en alusión al aforismo latino: verba volant scripta manent, «las palabras vuelan, lo escrito queda». Tal conexión rememora las ancestrales técnicas orientales, la escritura como una forma de vida, equilibrio humano, pertenencia con la naturaleza, arte e identidad cultural inamovible; par ejemplo, en Qatar, el filósofo del siglo X, Abu Hayan al-Tawhidi, menciona: “calligraphy is “…jewelry fashioned by the hand from the pure gold of the intellect”. Así está escrito en la colección del Museo de Arte Islámico en Doha, Qatar, donde la cultura por entero es caligrafía, literalmente se ha desprendido del alma, de su función mística religiosa, para manifestarse por entero: “The obsession with this art form resulted in the development of different scripts and methods of decorating surfaces. The word was visible everywhere, in all periods on every type of object, regardless of value, function or material.”
De esta manera, la escritura es la representación gráfica del lenguaje y por tanto, es cultura. Ken Robinson afirma, “la cultura es lo como somos y hacemos”; entonces, la caligrafía es fisiológica, la respiración es guía; es cognitiva, por los procesos del pensamiento que implica; espiritual, porque es introspectiva; holística por la representación del todo y la interacción con las partes del todo; sígnica y simbólica, material y digital. La historia nació con la escritura desde hace más de cuatro siglos y fue la mano el recurso primigenio; la imprenta se inventó hace poco más de 500 años, y bastaron 20 años en la transición de siglos, para que la escritura inundara —de ida y vuelta—, todos los confines del mundo a través de la interacción entre personas, gracias a las nuevas tecnologías de información y comunicación. A pesar de ello, la caligrafía vive, conserva el valor de unicidad, el aura de obra de arte, la cual permanece mientras no sea reproducida, según Walter Benjamín.
El trabajo caligráfico de Homero Posada tomó nuevos rumbos con las enseñanzas del maestro Diéterich y durante la misma época encontrarse con la obra de Eduardo F. Lizardi , calígrafo del siglo XIX, nacido en la Ciudad de León, Gto. , quién realizó el retrato caligrafiado de Benito Juárez, expuesto en el recinto Homenaje al Benemérito de la Américas, en Palacio Nacional. Es una obra de gran maestría caligráfica, reconocida incluso por Hermann Zapf, a través de una misiva enviada a Homero Posada. A partir del trabajo de Lizardi, Posada se enfocó en la realización de retratos caligrafiados con un estilo personal, para homenajear a personajes y creadores como Vicente Rojo, Manuel Felguérez, Javier Solórzano, Silvia Pinal, Guillermo del Toro, Alex Lora, Antonio Aguilar, Café Tacvba, entre otros.
Toda obra de vida es simple y sencilla, un paso, un trazo, es principio; el resto, es multiplicar los pasos y los trazos. En ese andar histórico, el cálamo y la imprenta significaron inicio y correspondencia social y cultural. En Homero Posada, esa línea sigue presente en docencia, diseño gráfico, investigación, gestión del diseño y caligrafía; él reflexionaba que este conjunto de quehaceres, parecían entornos distintos, difícilmente abordables; la solución fue comprender que esas áreas están conectadas en torno a la creación; y vinculadas con la grafía y la imagen. Con lo anterior, Homero Posada considera a la persona multidimensional, capaz de conectar con su entorno social, cultural y natural simplemente porque el hombre es “obra natura”. Y así, lo expresa a sus alumnos: aprende de todo, porque el todo, es la base de lo único.
Referencias bibliográficas:
· Ghani, Alani. (2010). “La caligrafía es el vínculo entre la letra y el ser”.UNESCO. Servicio de Prensa. http://www.unesco.org/new/es/media-services/single
· Rivera, Pablo (2015). Tesis de Maestría en Proceso. Universidad Autónoma de Guanajuato.
· Rodríguez M. Joaquín. (Junio 2010). De Re Scripta: Notas para una Antropología de la Escritura. ARCHE. Revista Andaluza de Archivos, 3, 152.