Luego de ingresar solicitudes de empleo en diversas empresas, a Jair lo llamaron de Equilátero. Le dieron el puesto de supervisor de prensas y aceptó nada en absoluto acerca de artes gráficas. A los tres meses, se quedó sólo a cargo de la planta y por poco, renuncia al puesto.
“No sabía nada -recuerda Jair-. Se me dificultaba mucho, no entendía las artes gráficas. Nunca había trabajado en esto. El haberme quedado solo, me obligó a entender. Me enfrenté a los problemas y fue como aprendí.”
José Jair Lázaro Ceja es uno de los miles de egresados que enfrentan la dura realidad de salir de la universidad y no encontrar empleo. O porque les exigen experiencia o porque están “sobrados” de estudio. Y entonces tienen que aceptar emplearse en la modalidad de “practicas profesionales” para llenar ese vacío en su curriculum.
En 1993, cuando tenía 15 años, Jair emigró a Guadalajara procedente del municipio de San Gabriel, Jalisco. En la capital trabajó como empleado de limpieza y asistente “IVM”. Laborando medio turno, estudió computación y la preparatoria. Luego ingresó a la carrera de ingeniería industrial en la Universidad de Guadalajara.
Sus intentos de colocarse en un empleo iniciaron desde que era estudiante, pero siempre chocó con la frase: “le falta experiencia”.
“Pero ¿cómo voy a adquirir experiencia si no me dan oportunidad? Necesito trabajar para demostrarles que puedo.” – Reclamaba Jair.
Al no encontrar empleo, emigró a Estados Unidos donde trabajó, por periodos de 6 meses, durante cuatro años. Cada que regresaba a México, continuaba los trámites de titulación. Una vez que consiguió su cédula profesional, se estableció definitivamente en Guadalajara.
Ya titulado, ingresó solicitó en diversas empresas el puesto de ingeniero industrial. Y siempre obtenía la misma respuesta: “No tienes experiencia. Sólo te podemos aceptar para prácticas profesionales y ayudarte para “los camiones”.
Gracias a los ahorros que pudo hacer mientras trabajó en EEUU, aceptó trabajar sin sueldo, con tal de conseguir la anhelada experiencia. Luego vino su oportunidad: una de sus solicitudes llego a la empresa Equilátero.
“Me entrevistaron. les gustó. Ahí es donde empecé a trabajar en las artes gráficas” -Recuerda Jair-. Inicié como supervisor en prensas encargado de uno de los tres turnos. Y, a los pocos me quedé sólo. Yo no sabía nada, la verdad Se me dificultaba mucho. No entendía las artes gráficas. Hubo un momento en que dije: esto no es para mí, y pensé en renunciar. Pero haberme quedado solo me obligó a entender. Me enfrenté a los problemas y fue como aprendí”.
Gracias a su formación de ingeniero industrial, pudo llevar el control de los procesos y en cuanto a lo técnico, ideó un método de aprendizaje muy personal: “No preguntaba. Sólo me paraba junto a los operadores y veía cómo solucionaban los problemas. Así aprendí. Luego, cuando ocurría algo ya sabía que hacer. No tuve cursos, sólo me dieron unos libros para leer. En tres o cuatro meses, ya entendía y llevaba el control de la planta tanto en prensas como en acabados. Claro que eran jornadas de seis de la mañana a nueve de la noche. Pero le hallé lo bonito y me gustó. Es una sensación que me llama la atención.”
Luego de esa prueba superada, trabajó durante tres años en la empresa. Posteriormente laboró por corto tiempo en Editorial Matro, también como supervisor de prensas, y desde 2011 presta sus servicios en una de las empresas más equipadas de la industria gráfica en Guadalajara.
Ahí tiene jornadas promedio de 10 horas diarias y tiene bajo su mando a 20 personas. Ahí desayuna y come.Supervisa la producción desde la preprensa a los acabados. Su mayor satisfacción son los comentarios que recibe de sus superiores y disfruta su trabajo: “Me gusta andar siempre ocupado. Eso es lo que me hace estar aquí”. En este trabajo no solo es imprimir, sino ver qué puedes mejorar, para sacar mayor producción.»
Jair está consciente que la industria enfrenta retos ante la tecnología, y se da cuenta que el trabajo ha disminuido a raíz del auge de los dispositivos móviles y las nuevas máquinas que bajan costos. “Pero mientras haya para salir adelante, aquí estamos.”
Para concluir Jair aprovecha para hacer un llamado a los empresarios: “Les pido a los dueños de cualquier ramo, que nos den la oportunidad (de emplearnos). Porque salimos con la mentalidad de hacer cosas nuevas, de mejorar. Que nos den la oportunidad de demostrar que podemos y que la hacemos”
“Las artes graficas son mi vida. Desde que le halle sentido.”