Por Hamilton Terni Costa.
Consultor internacional y autor del libro La Gráfica: una industria en transformación.
El mundo vive una situación no vivida antes. En la era de la información simultanea y digital la difusión de un virus como el Covid-19 es seguido por todos a cada paso, a cada decisión de los países, a cada persona infectada y, peor, a cada muerto.
Lo sabemos todo, lo compartimos y, mas que todo, nos asustamos porque, además de clarificaciones adecuadas de las entidades nacionales e internacionales de salud, una inmensa cantidad de mala información es despejada a cada minuto en los medios sociales.
Mundo parado.
El mundo esta casi parado. Empresas, escuelas, tiendas, restaurantes, museos, aeropuertos y mucho más, están desiertos. En muchos países las personas están detenidas en sus casas, los hospitales están abarrotados, la incertidumbre y la angustia es creciente.
No hay duda del impacto económico global de esta situación. Aún más porque no tenemos idea, todavía, del tiempo necesario para que baje el pico del ciclo mundial de la enfermedad. ¿Dos meses más? ¿Tres meses? ¿Cuatro? No hay respuestas seguras.
Lo que sabemos es que el daño será inmenso. Aún que los gobiernos avancen en distintas medidas de soporte a la economía y a sectores específicos cómo de la aviación y turismo – y tendrán de hacerlo – muchos sectores y sus empresas van a sufrir.
Actividad económica reducida.
Con la reducción de la actividad económica mundial la gran mayoría de las industrias serán afectadas incluso la industria gráfica.
Si tomamos las grandes estadísticas mundiales del sector gráfico vemos que nuestra industria sigue siendo una de las más importantes del mundo con una facturación mundial alrededor de US$800 mil millones de dólares al año y un crecimiento promedio anual de 1,8%.* (Smithers)
Ese crecimiento tiene características específicas. Primero, la industria gráfica crece, porcentualmente, más fuerte en los países llamados de emergentes: Vietnan, Indonesia, India, China, Polonia, México, Colombia, Brasil y otros. Aún que no sean, con la excepción de China, los más grande mercados del mundo. Segundo, los empaques impresos y etiquetas crecen a tasas que es el doble del crecimiento de los segmentos editorial, comercial y publicomercial.
Es importante entender esas características si intentamos entender lo que podrá pasar con la industria en la situación económica mundial que ahora pasamos a vivir.
En mi análisis, el PIB mundial de la industria gráfica en este año se reducirá a la mitad, o menos de la mitad, dependiendo de la extensión de la recesión mundial. O sea, un eventual crecimiento ente el 0,5% y 0,9%.
Habrá reducción en prácticamente todos los principales segmentos gráficos, aún que algo menos en empaques y etiquetas porque no tiene una sustitución digital adecuada. Las inversiones serán afectadas, en especial con el aplazamiento de Drupa para 2021.
Baja demanda.
Y acá veo el principal punto de preocupación para nuestra industria. Con la baja circulación de las personas, con el trabajo hecho de las casas, la disminución de los eventos culturales, deportivos y de negocios, como ferias, etc., los segmentos comercial y publicomercial no solamente van a sufrir más fuertemente la baja de demanda, así como el incentivo para la aceleración de la transformación digital de las empresas y la utilización más fuerte de medios digitales para sus comunicaciones y gestión.
Dedicación más fuerte en la gradual retomada
No lo veo como irreversible, pero exigirá, después de la gradual retomada de la actividad económica, una dedicación todavía más fuerte de los componentes de nuestra industria en comprobar y vender las ventajas comparativas del material impreso sobre el digital.
Para la imprenta, de manera general, será, por supuesto, un momento difícil. Pero que debería ser aprovechado, como en todas las crisis, para una reflexión y una tomada de decisión.
Reflexión sobre el modelo de negocio en general.
Una reflexión sobre la mejor manera de atender, dar soporte y generar soluciones a sus clientes, más allá que la propia impresión. En especial en como criar soluciones de ventas y atención a clientes a través de la Internet.
Una reflexión sobre sus flujos de trabajo, su productividad y sus fundamentos: organización, control de costos, inventarios, cotización adecuada, control de desperdicios y sistema de calidad
Y, en especial, de la capacidad y preparación de sus trabajadores. En muchas empresas la parte más débil de sus procesos.
¿La tomada de decisión? La decisión no solamente de seguir adelante, sino la decisión de que hay que adecuarse, constantemente, a los cambios que nuestro mundo nos impone diariamente. Hay que buscar su entendimiento y enfrentarlos.
No seguir haciendo lo que siempre se hizo, podrá ser la mejor decisión hacia el futuro.